Con una eucaristía solemne en la Catedral Primada de América y misas en todas las parroquias, la Iglesia Católica conmemoró ayer el Domingo de Ramos, junto a todos los seguidores de esta fe en el mundo, e inició la Semana Santa.

En la Catedral, el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, Francisco Ozoria Acosta, concelebró y exhortó a confiar en Dios. Declaró que el papa Francisco lo mandó a llamar para expresarle su solidaridad al pueblo dominicano por la tragedia en la discoteca Jet Set.

Aunque no refirió de forma directa a la desgracia, sí anunció que le solicitarán al presidente Luis Abinader que declare el terreno de utilidad pública, y para que sea construido un centro de oración para los familiares de los caídos y todo el pueblo dominicano.

También abordó el tema de la delincuencia, dijo que hay muchas miserias y muchos padecen muertes por esta causa.

En otras iglesias conmemoraron el Domingo de Ramos con alabanzas encarecidas y cantos para glorificar a Dios y pedir el descanso eterno de los 225 fallecidos en derrumbe.

Miles de feligreses acudieron a las iglesias, para comenzar el calendario de Semana Santa.

El arzobispo Ozoria los llamó a a unirse en comunión con toda la iglesia en la celebración anual del misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección «de nuestro Señor Jesucristo, quien para lograrlo, hizo la entrada la ciudad santa de Jerusalén».

Pidió recordar con fe y devoción la entrada salvadora de Jesucristo. «Acompañemos al Señor, para que al participar de su cruz, por la gracia, merezcamos, un día, tener parte en su resurrección y vida».

Pidió aclamar a Jesucristo meditar y saber que padece para cumplir la voluntad del padre, por lo que recomendó identificarse con Cristo glorioso, que triunfa sobre el poder de la muerte, y, hacerlo con c cánticos, para que «nos conceda entrar a la Jerusalén del cielo».

La procesión

Ozoria al frente de la procesión de los ramos, con una cruz de palmas en la mano, acompañó a la asamblea, los creyentes y el coro hasta llegar a la Catedral, junto al párroco de la Catedral, Nelson Clark, el vicario Evaristo Heres y el diácono Buenaventura López. La escena recordó «la entrada triunfal de Jesús a la ciudad de Jerusalén, en un burro, en la que todo el pueblo lo aclamó como rey, con cantos y elevando palmas en las manos».

Las procesiones de los ramos fue realizada en todas las iglesias, como símbolo del cálido recibimiento de Jesús en el comienzo de su misión salvadora en la tierra, en la que predicó el Evangelio, sanó enfermos, caminó sobre el agua, levantó a los muertos, calmó la tempestad y convirtió el agua en vino, éste último, fue primer milagro.

Redención

En la diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia, el obispo, Jesús Castro Marte, señaló que los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo adentran a la comprensión del camino de la redención humana. El secretario ejecutivo de la Comisión de Pastoral Penitencia, fray Arístides Jiménez Richardson, afirmó que el Domingo de Ramos invita a practicar la caridad y el perdón.

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